Cuando nos preguntamos cómo son las personas innovadoras, la mente nos lleva a pensar en personas que han dejado huella en la historia por sus grandes proyectos, personas que, al poner en marcha sus ideas, consiguieron generar gran valor para el entorno.  

El ADN innovador

El libro “El ADN del innovador” escrito por Jeff H. Dyer, Hal B. Gregersen y Clayton M. Christensen, fue fruto de ocho años de estudio. Parece ser que los investigadores no cesaron hasta que dieron con un patrón de comportamiento a lo que ingeniosamente le llamaron “el ADN del innovador”. Ya verás, los comportamientos están muy bien definidos: 

  1. Asocian ideas que, a priori, no guardan relación. 
  2. Se cuestionan todo lo que “está establecido” y parece inamovible. 
  3. Tienen una agudeza extraordinaria a la hora de observar su entorno. 
  4. Son capaces de colaborar y lo hacen con las personas más diversas. 
  5. Viven siempre en un modo de experimentación. 

 En definitiva, las personas innovadoras son preguntonas, observan, colaboran y les apasiona experimentar. 

La mente abierta

Con el permiso de los autores, me gustaría aportar mi granito de arena a esta teoría. Cuando leo cada uno de los elementos que componen este ADN, creo que hay un hilo que los une a todos y ese es “la mente abierta”. ¿Qué es? Las personas con mente abierta son aquellas que se caracterizan por ser más flexibles que las demás en sus ideas y opiniones. Les atrae lo no convencional y se aproximan a ello con la curiosidad de la infancia. Son personas que no tienen miedo a saltarse “lo correcto” para descubrir algo que todavía no saben qué será exactamente. Lo nuevo y lo desconocido, lejos de asustarlas, les atrae. 

Si quieres ser una persona innovadora, pregúntate primero qué mentalidad tienes. Analiza si los entornos donde te mueves son diversos, si las personas con las que te relacionas son diversas en el sentido más amplio de este concepto y, también, cuenta… ¿Cuántas fueron? 1, 2, 3… ¿Cuántas fueron las veces que te saltaste lo que estaba establecido y que era “lo correcto” ante los ojos del resto del mundo?

Para innovar las personas necesitamos conocer metodologías, disponer de recursos, desarrollar una serie de competencias personales y profesionales, creer en valores como la colaboración y el compromiso, etc. Pero estoy segura que necesitamos esa clave imprescindible: una mentalidad abierta.

La necesidad agudiza el ingenio

La vida me ha demostrado, en varias ocasiones, que es verdad eso de que la necesidad agudiza el ingenio. Pero si la necesidad se topa con una persona de mentalidad cerrada, lo tendrá muuuuucho más complicado para ser satisfecha.

No estamos buscando al nuevo emprendedor o a la nueva emprendedora de éxito, pero sí estamos buscando personas con mentalidades, valores y comportamientos que les permitan adaptarse mejor al mundo de hoy. Personas que quieran aprovechar al máximo su propio talento y dejar huella.  

Así que, piénsalo unos segundos ¿cuál fue la última vez que te saltaste “lo correcto”?

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