Como ya saben mis lectores habituales, siempre me gusta empezar mis posts poniendo orden para concertar buenos matrimonios entre las palabras y los conceptos a lo que éstas representan, algo imprescindible en un mundo donde nuevas palabras y formas de comunicación aparecen cada día como fruto del desarrollo incesante que “padecemos”.
La palabra de hoy es FACILITADOR y, como viene siendo costumbre, lo primero que hacemos es acudir a la Wikipedia, que lo define como
la persona que ayuda a un grupo a entender los objetivos comunes y contribuye a crear un plan para alcanzarlos sin tomar partido, utilizando herramientas que permitan al grupo alcanzar un consenso en los desacuerdos preexistentes o que surjan en el transcurso del mismo.
O sea que el facilitador
- Ayuda a entender los objetivos
- Ayuda a trazar el camino para conseguirlos
- Ayuda a que el equipo se ponga de acuerdo
- Es neutral
- Dispone de un toolkit que le permite conseguir todo lo anterior
Cuántas reuniones y/o proyectos enteros se atascan y fracasan por la falta de alineación del equipo con los objetivos, por no saber cómo trazar una hoja de ruta que les lleve hasta ellos, por los desacuerdos entre sus miembros, por anteponer sus intereses personales, etc. En definitiva, por no saber…
Pero no se asusten. Es completamente normal. Le pasa a la mayoría de organizaciones, porque nunca nadie nos enseñó a hacer eso, y si lo hicieron, no se puede ser juez y parte involucrada en el caso, como diría el Derecho.
Sin embargo, consideramos un exceso contar con alguien que nos ayude a hacer todo esto. Preferimos seguir gastando (que no invirtiendo) tiempo, dinero y otros recursos finitos, en lugar de contar con alguien ajeno a nuestro día a día que, con unas cuantas herramientas más que probadas, nos ayude a saber dónde y cómo ir juntos.
Un facilitador no es alguien que saca 4 soluciones de la chistera. De hecho, el facilitador no viene con soluciones o respuestas correctas, sino con preguntas.
El facilitador nos cuestiona, pone en “crisis” cualquier aseveración que tengamos sobre el tema, pone esa distancia crítica tan necesaria en los proyectos.
Como dice un buen colega mío @Miguel Abrajan, un facilitador es además alguien con «mentalidad GPS». Funciona como un sistema de navegación que orbita alrededor del equipo recibiendo constantemente sus señales, señales que utiliza para localizar exactamente en qué momento se encuentra el equipo y cambiar rápidamente la orientación de la sesión, si fuera necesario. Como ven, más que un mago, el facilitador es un artista
Así pues, si quieres desatascar tus proyectos, ¡pon un facilitador en tu vida!