Como docente en grado y máster, una de las frases que más escucho de mis alumnos es: “Siento que no estoy aprendiendo nada”. Es una queja recurrente y comprensible, pero… ¿Realmente no están aprendiendo, o es su percepción la que les engaña?

Esta sensación de estancamiento no es nueva. Hace más de 2.000 años, Sócrates ya había señalado algo similar con su famosa frase: “Solo sé que no sé nada”. Esta idea no es solo una reflexión filosófica, sino una verdad fundamental sobre el aprendizaje: cuanto más aprendemos, más conscientes somos de lo mucho que aún nos queda por aprender.

Hoy, la ciencia cognitiva nos ofrece una explicación más detallada de este fenómeno: el Efecto Dunning-Kruger, un sesgo que nos hace sobrestimar nuestro conocimiento cuando sabemos poco y subestimarlo cuando sabemos mucho. Como apasionada de la formación, lo he experimentado en primera persona: cuanto más profundizo en un tema, más me doy cuenta de todo lo que aún me queda por explorar.

🔍 ¿Cómo se relaciona el Efecto Dunning-Kruger con la sensación de no aprender?

El aprendizaje no es una línea recta ni un acto instantáneo, sino un proceso largo y lleno de altibajos en nuestra confianza sobre lo que sabemos. Veamos cómo esta dinámica se desarrolla en el aula y en nuestra propia experiencia personal:

1️⃣ El falso dominio: “Lo entiendo perfectamente”

Cuando aprendemos algo nuevo, adquirimos rápidamente conceptos básicos y creemos que ya sabemos mucho. Es una fase de falsa confianza.

🔹 Ejemplo en clase: Al inicio de un curso, los alumnos pueden creer que los temas son fáciles, ya que las explicaciones introductorias parecen claras y comprensibles.

2️⃣ El valle de la desesperación: “No sé nada, no aprendo”

A medida que avanzamos, descubrimos la profundidad y complejidad del tema, y aquí es donde muchas personas se sienten perdidas. En este punto, surge la famosa queja: “No estoy aprendiendo nada”.

🔹 Ejemplo en clase: Un estudiante que, tras aprender teoría, intenta aplicarla y se da cuenta de que no es tan fácil como parecía.

👉 Aquí es donde Sócrates tenía razón: la verdadera sabiduría comienza cuando reconocemos la magnitud de nuestra ignorancia.

3️⃣ El conocimiento realista: “Sé algo, pero aún me queda mucho por aprender”

Con práctica y perseverancia, llegamos a un estado donde entendemos mejor el tema, pero también somos más conscientes de nuestras limitaciones.

🔹 Ejemplo en clase: Un alumno que, tras semanas de trabajo, reconoce que ha mejorado, pero que aún tiene dudas y áreas por perfeccionar.

🚀 Aprender a aprender: La clave para superar la frustración

Uno de los mayores obstáculos en el aprendizaje es creer que “aprender” significa acumular información de forma lineal y rápida. En realidad, aprender a aprender implica aceptar la incertidumbre y desarrollar herramientas para gestionar la frustración.

Aceptar que la confusión es parte del proceso Si no te sientes un poco perdido en algún momento, probablemente no estás aprendiendo algo realmente nuevo.

Pasar de la memorización a la comprensión y aplicación No basta con recordar datos; hay que saber utilizarlos en situaciones reales.

Buscar feedback y reflexionar sobre el propio aprendizaje A veces no nos damos cuenta de cuánto hemos aprendido hasta que alguien nos lo muestra.

Asumir que el aprendizaje es un proceso continuo Nunca llegaremos a un punto donde “lo sepamos todo”. El aprendizaje es infinito.

Aceptar que aprender es doloroso y requiere tiempo Aprender requiere esfuerzo, salir de la zona de confort y enfrentar nuestras limitaciones. Genera frustración porque a menudo no vemos resultados inmediatos y sentimos que estamos fallando.

🕒 El problema del refuerzo inmediato: el desafío con las nuevas generaciones

Las nuevas generaciones han crecido en un mundo donde todo es inmediato:

📱 Un clic en el móvil y tienen acceso a cualquier información. 🎮 Un videojuego les recompensa con puntos en segundos. 👍 Una publicación en redes sociales recibe “likes” instantáneos.

Este entorno ha generado una tendencia a buscar refuerzo inmediato, lo que choca con el proceso de aprendizaje real, que requiere paciencia, constancia y tiempo.

🔹 Ejemplo en clase: Alumnos que esperan “entender todo” en la primera explicación y, al no lograrlo, se frustran y creen que no son lo suficientemente inteligentes.

👉 Aquí es donde se produce un choque de expectativas: aprender no es inmediato, no siempre se ve el progreso en el corto plazo, y la recompensa (el dominio de un conocimiento o habilidad) puede tardar semanas, meses o años en llegar.

🎓 El aprendizaje no termina en el grado o máster: ¿Qué viene después?

Uno de los errores más comunes es pensar que, tras obtener un título universitario, “ya hemos aprendido todo lo necesario”. Nada más lejos de la realidad.

📌 A través de la experiencia profesional La aplicación práctica de los conocimientos en el mundo laboral nos obliga a enfrentarnos a problemas reales que no aparecen en los libros.

📌 Mediante la formación continua Cursos, especializaciones, certificaciones… Vivimos en un mundo en constante cambio, y la actualización es imprescindible.

📌 Aprendiendo de otros El networking, el aprendizaje entre pares y la mentoría son claves para seguir ampliando nuestra visión y desarrollar nuevas competencias.

📌 Con la autoformación Libros, artículos, conferencias, pódcast… Aprender es un hábito, no un evento.

📌 Desarrollando una mentalidad de crecimiento La psicóloga Carol Dweck, en sus estudios sobre mentalidad de crecimiento, demostró que creer que la inteligencia y las habilidades pueden desarrollarse con el tiempo es fundamental para el éxito. Creer que “ya lo sabemos todo” es una trampa peligrosa. La humildad intelectual nos permite seguir abiertos a nuevos conocimientos y mejorar continuamente.

🌟 Lanzarse sin sentirse preparado: El salto necesario

Aquí llega la gran paradoja: nunca nos sentiremos 100% preparados para hacer algo nuevo, pero en algún momento tenemos que lanzarnos.

📌 Ejemplo: Un estudiante que termina su máster puede sentir que “todavía no sabe lo suficiente” para enfrentarse al mundo laboral. Pero solo al trabajar, al equivocarse y al enfrentarse a desafíos reales, es cuando realmente aprenderá y desarrollará su confianza profesional.

👉 La clave es entender que no es necesario saberlo todo para empezar. Se aprende en el camino.

💡 Conclusión: Aprender es un proceso, no un evento

El aprendizaje es como otras grandes cosas en la vida: lleva tiempo, genera frustración y no siempre se ven resultados inmediatos. Pero aquellos que perseveran y entienden esto, son los que realmente progresan.

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