Hace muchos meses que no escribo ningún artículo y tengo que confesar que es un ejercicio necesario. Hacerlo te pone en marcha para la búsqueda de información, da lugar a pensar y reflexionar, escoger y decidir sobre qué quieres escribir.
Hace una semana, después de tener el privilegio de asistir a una conferencia de Jordi Vergés, de la Direcció General d’Anàlisi i Prospectiva de la Generalitat de Catalunya, me inspiré nuevamente. ¡Gracias Jordi por tu conocimiento y saber!
Pues aquí va un artículo del cual podríamos decir que el titular, para no dejar a nadie indiferente, podría ser:
¿Qué quieres ser: educado o inútil?
Seguro que habéis leído, o si no seguro que habréis oído hablar de él, Yuval Noah Harari y de su libro Homo Deus, que habla del futuro. Él opina, entre muchas otras cosas, que quien no se forme, quién no entre en la formación permanente y constante será un inútil (en el sentido que no tendrá recorrido profesional).
Más allá de esta opinión, que puede tener muchos matices, me quiero centrar en lo siguiente:
En los años 80 y 90 las personas se preparaban para estudiar, trabajar y jubilarse. Era un ciclo de vida lineal: primero una cosa, después la otra y finalmente la última.
Desde hace unos años, esta manera de entender el ciclo vital no solo ha cambiado, sino que está obsoleto. Ahora empezamos formándonos, sí, pero seguimos formándonos y trabajando. Y cambiamos de trabajo, y nos volvemos a formar y volvemos a trabajar. Nos reinventamos y nos formamos nuevamente. Y quién sabe de qué manera nos vamos a jubilar (otro tema que no es objeto de este artículo).
Albert Cañigueral, nos hace pensar en El trabajo ya no es lo que era: Nuevas formas de trabajar, otras maneras de vivir.
¿Qué quiero decir con esto? Que la importancia de formarse es fundamental, pero no nos podemos quedar aquí.
Tenemos que ir más allá y tenemos que saber adaptar la oferta formativa en función de las demandas de ocupación futuras.
Y quien nos puede ayudar mucho en todo esto es la inteligencia artificial y la capacidad que tengamos de hacer análisis prospectivo.
Por tanto, el gobierno tiene un papel relevante. Debe tener conocimiento de la tendencia que siguen las futuras profesiones y, en función de ello, debe planificar la oferta formativa. Si no lo hace, llevará a la precariedad laboral a las personas que se habrán formado en una cosa que no tiene ninguna salida.
Hay un estudio de 2018 (El impacto laboral de la industria 4.0 a Catalunya, coordinado por Joan Miquel Hernández Gascónet) que pronostica que muchas de las profesiones actuales son susceptibles de ser automatizadas, es decir, van a desaparecer muchas profesiones que hasta ahora habían estado desarrolladas por personas.
Como decía antes, el gobierno tiene un papel relevante, pero también el sector educativo y todas aquellas que nos dedicamos a acompañar personas, sea desde el ámbito que sea.
Por todo ello, pongo sobre la mesa otro elemento imprescindible: ¡La orientación!
Y permitidme que barra para casa. La Pedagogía tiene un papel clave y fundamental. Se debe apostar claramente por la orientación de los jóvenes, para que se sientan libres para decidir qué es lo que más les conviene, conjugando habilidades (personales) y necesidades (comunes).
Entre dos opciones, la gente siempre opta por la más fácil, no la que más le beneficia. Por tanto, orientémosles y acompañémosles para que puedan decidir mejor. Os recomiendo leer el artículo de Maite Moreno sobre los nudges.
Pedagog@s, empresas de innovación, consultoras que acompañáis personas, ¡ahora es el momento! Es necesario hacer más prospectiva que nunca para entender y mirar si podemos influir en el futuro.
Solo depende de nuestra actitud y preparación. ¡Vamos!