Esta semana asistí a una sesión que organizaba la Facultat d’Educació de la Universitat de Barcelona para compartir a raíz de la irrupción de ChatGPT. La sesión estuvo abierta tanto a docentes como a alumnado. La sala se fue llenando y acabó a reventar.

Agradezco la iniciativa de la Facultad por organizarlo y, además, valoro mucho la osadía de las profesoras y los profesores que salieron a la palestra para compartir su conocimiento y reflexiones cuando todavía hay tanto por experimentar y escribir sobre el impacto de esta inteligencia en nuestras aulas, en nuestros trabajos y en nuestra vida en general. Creo que fueron valientes, ya que no es fácil abordar una sesión sobre el impacto de un fenómeno tan reciente. 

Al salir, me puse a escribir mis reflexiones al respecto con la intención de congelar mi pensamiento en ese momento, ya que creo que todo aquello que ahora pensamos, opinamos y debatimos, a raíz de tener la inteligencia artificial en nuestras manos, evolucionará muy rápido, y seguro que, en poquito tiempo, cuando relea estas líneas, mi mirada al respecto ya habrá dado un giro.

Después de escuchar e integrar las luces y las sombras, que allí se contaron, y de mi reflexión personal de estos días, comparto con vosotr@s algunas oportunidades que tenemos por delante gracias a la llegada de ChatGPT.

  1. Reflexionar sobre nuestra práctica docente. La llegada de la inteligencia artificial al alcance de nuestras manos nos pone en guardia. Los docentes debemos revisar qué estamos entregando a nuestros alumnos y alumnas, cómo les entregamos valor, cómo lo reciben, cómo los estamos acompañando a lo largo de su proceso de aprendizaje, y cómo no, cómo los estamos evaluando. Todo este cuestionamiento es una gran oportunidad para innovar alrededor de lo que está sucediendo actualmente en nuestras aulas.
  2. Profundizar más allá de lo simple o lo evidente. Es obvio que ChatGPT tiene la capacidad de hacer ciertas tareas de una forma tan rápida que ningún cerebro humano sería capaz de hacer. Esto nos ahorrará mucho tiempo y claramente nos permitirá a profesores y alumnos ir mucho más allá de lo simple o lo evidente. Podremos dedicar nuestro tiempo a profundizar y por lo tanto elevar el aprendizaje de nuestros alumnos y alumnas.
  3. Hemos ganado ya un nuevo recurso que podemos poner al servicio del aprendizaje. Debemos ser cautos en cómo y para qué usamos la información que nos devuelve ChatGPT ya que, como nos contaron en la sesión, hay una caja negra que todavía no conocemos y que por tanto no nos da garantías de cómo está procesando exactamente toda la información que se le ha dado. Sin embargo, teniendo en cuenta esto, puede ser un excelente punto de partida para aproximarnos a nuevos conocimientos. Además, su facilidad de uso y su rapidez lo hacen muy atractivo para los más jóvenes… y los que ya no lo somos tanto ☺

No hay que olvidar que ChatGPT ya no es el único, o ¿la única? Según él o ella misma, como modelo de lenguaje, ya tiene competidores en el mercado de gran calidad como BERT, GPT-2, RoBERTa y T5, entre otros. Estos modelos también fueron desarrollados por empresas líderes en tecnología y se utilizan en diversas aplicaciones de procesamiento de lenguaje natural, como chatbots, sistemas de traducción de idiomas, reconocimiento de voz, entre otros. A pesar de la competencia, cada modelo de lenguaje tiene sus propias fortalezas y debilidades, y se utilizan para diferentes propósitos y en diferentes contextos. En todo caso OpenAI parece que de momento lleva la delantera y es por eso que tod@s estamos hablando de ChatGPT. Veremos cómo irá evolucionando. 

Más allá de las oportunidades que nos ha traído la llegada de ChatGPT, me gustaría compartir también algunas claves que como docentes no deberíamos olvidar nunca:

  1. Sembremos curiosidad. Llegue la tecnología que llegue, sea la inteligencia artificial o cualquier otra, las personas que nos dedicamos a la educación no deberíamos cesar nunca de sembrar curiosidad en nuestros alumnos y nuestras alumnas. Si somos capaces de sembrar interés e inquietud, y de regarlas clase tras clase, creo que ninguna tecnología debería ser una amenaza y siempre se convertirá en una oportunidad para enseñar y aprender más y mejor.
  2. Cojamos del brazo a nuestro alumnado. Los docentes ya no estamos enfrente de ellos y ellas. Estamos a su lado y juntos avanzamos por el proceso de enseñanza aprendizaje. De hecho, para muestra un botón. La propia sesión que me ha inspirado este post fue dirigida tanto a docentes como a alumnado. Estábamos todos allí con un mismo objetivo: reflexionar sobre cómo será a partir de ahora la experiencia de aprendizaje en las universidades.
  3. Luchemos por una tecnología centrada en las personas. Justamente fue en la universidad, donde mi profesora de Tecnología Educativa, la Dra. Cristina Alonso, me enseñó que la tecnología no es ni buena ni mala y que depende siempre del uso que le demos. Pero lo que está claro es que debemos luchar y exigir que la nueva tecnología esté siempre centrada en las personas, es decir, que se diseñe para aportar y ayudar a cada una de las personas y a la sociedad en general.

Para ir terminando, creo que estamos tan solo en la primera parada de este largo camino que empezamos al lado de la inteligencia artificial y que, seguro que juntos y juntas iremos construyendo discurso, viendo muchas más oportunidades de las que aquí he sido capaz de expresar y teniendo claro muchas más claves de las que serán importantes en el futuro. Un futuro en el que estoy segura de que las personas deberemos mantenernos curiosas, con ganas de mejorar, innovar y, sobre todo, colaborar. 

Si eso sigue siendo así, todo estará bien y to-do es-ta-rá en su si-tio.

Pin It on Pinterest

Comparte