Hace años, el Hospital Clínic fue testigo de uno de los momentos más difíciles de mi vida. Tuve que dejar atrás el proyecto de vida que en común que había planeado, uno de esos cambios que nos obligan a replantearnos el camino y la dirección. Aunque ese capítulo quedó atrás, la vida tiene formas curiosas de llevarnos de vuelta a los lugares que dejaron una huella. En 2019, regresé al Clínic, pero esta vez con una misión completamente diferente y significativa: ayudar, junto a mi equipo en Monday Happy Monday, a diseñar el plan de acogida para los nuevos profesionales

A lo largo de estos años, este proyecto ha crecido gracias al esfuerzo de más de 40 buddies  (mentores en el Clínic) que, con su dedicación, empatía y capacidad de acoger, han convertido la acogida en algo mucho más profundo que un protocolo. Ellos representan la esencia de la acogida, un proceso que va más allá de la integración. Acoger significa abrir las puertas de la casa profesional para quienes llegan con ilusiones y dudas, dispuestos a encontrar su lugar en un entorno tan complejo como enriquecedor.

La acogida tiene una etimología que captura esta esencia: proviene del latín colígere, que significa “reunir” o “recoger”, invitando a ver la integración como un acto de conexión, un espacio seguro donde cada persona se sienta escuchada, valorada y parte de algo más grande.

¿Por qué es tan importante la acogida?

Los mentores lo saben bien: la acogida tiene un impacto inmediato y duradero en quienes llegan, ya que fortalece la cultura y el rendimiento de la propia organización. Según un estudio de la Society for Human Resource Management (SHRM), los empleados que reciben una acogida estructurada y significativa tienen un 69% más de probabilidades de permanecer en la organización a largo plazo, con mayor satisfacción y compromiso. La acogida se convierte, entonces, en un pilar de la retención y del bienestar laboral. Este impacto es especialmente importante en entornos complejos como hospitales o grandes instituciones, donde el sentido de pertenencia y el conocimiento de la cultura organizativa son esenciales desde el primer día. Allí, el rol de los mentores funciona como un puente que une la ilusión con la confianza, y el aprendizaje con el propósito.

El rol transformador de los mentores

Los mentores del Clínic no solo orientan a quienes inician su camino en la institución; ellos crean un ambiente seguro donde cada nuevo profesional puede experimentar sus primeras semanas con confianza. Gracias a su apoyo, los nuevos empleados encuentran un entorno donde es posible preguntar, equivocarse y aprender, sabiendo que son valorados y bienvenidos.

Además, el voluntariado, como el que ejercen los mentores, también es una inversión en su propia felicidad. Diversos estudios han demostrado que ayudar de manera altruista desencadena la liberación de dopamina, endorfina y oxitocina en el cerebro, hormonas que generan bienestar y reducen el estrés. Los mentores cuidan de los demás y, al mismo tiempo, mejoran su propia resiliencia física y psicológica.

Los mentores y los valores corporativos

Cada mentor en el Clínic es una pieza fundamental de esta experiencia de acogida que marca la diferencia entre esta institución y otras. Son ellos quienes convierten valores del Hospital, como la generosidad y el compromiso, en una realidad tangible y cotidiana. Así como ellos hacen palpable el espíritu del Clínic, la institución ha querido agradecerles todo lo que aportan. Este reconocimiento fue una forma de expresar gratitud por el impacto positivo que generan, por el apoyo constante que brindan y por la dedicación con la que acompañan a cada nuevo miembro de esta gran familia.

Para finalizar…

Gracias a todos los mentores por ser guardianes de los valores y la cultura del Clínic, por hacer de cada acogida una experiencia única. Ellos son la prueba viva de que un entorno de trabajo puede ser un lugar de apoyo, crecimiento y pertenencia.

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