Hace unos meses escribí La amabilidad no es un ‘nice to have’, es un ‘must’ motivada por diversas experiencias tanto como facilitadora de procesos de innovación como en mi labor docente en la Facultat d’Educació de la Universitat de Barcelona. Ese artículo resonó con muchas personas y recibí valiosas reflexiones que me hicieron muy feliz. En ese artículo, prometí escribir sobre “dar el máximo”. Y como lo prometido, es deuda, pues hoy, cumplo esa promesa.

Dar el máximo no es una opción, es LA opción. Esta afirmación puede sonar a libro de autoayuda, pero la profundidad de decidir actuar desde nuestros valores personales va mucho más allá de estrategias rápidas. Para mí, “dar el máximo” es un valor personal, cercano al compromiso, la responsabilidad y la perseverancia. Es esa motivación intrínseca que te impulsa a querer mejorar continuamente, a aprender siempre, a descubrir y a no conformarte con lo de siempre y a innovar constantemente.

Principio, actitud, valor… ¿Podría llegar a ser incluso una filosofía de vida?

Quizás no siempre es dar el máximo, pero sí siempre es dar un poco más. Creo que las personas que van siempre un poco más allá son esas que verdaderamente dejan huella en la memoria de todas aquellas con las que han trabajado, estudiado o colaborado. Porque las personas que dan siempre un poco más nunca pasan desapercibidas.

Dar el máximo en cada una de las cosas que haces puede sonar agotador.  Ciertamente, hay que sopesar cuando toca y cuando no toca tanto. Pero y si pensamos en todo lo que nos llevamos a nivel personal en términos de satisfacción personal, de aprendizajes significativos, de hallazgos inesperados, de resultados profesionales, etc. Porque la alternativa, ¿cuál es? Pasar de puntillas por los temas, los proyectos, las reuniones, las colaboraciones, ¿… sin dejar ni rastro de mi presencia? ¿Qué recuerdo quedará de mí entonces? ¿Qué reputación estoy construyendo? Y de este paso de puntillas, ¿yo, qué me estoy llevando realmente?

Lo que haces marca la diferencia, y tienes que decidir qué tipo de diferencia quieres marcar – Jane Goodall

Dar o recibir

Cuando pienso en dar el máximo, no me refiero únicamente a la ejecución técnica de mis funciones, sino al desempeño profesional en toda su amplitud. Es decir, se trata de hacerlo lo mejor posible y también de hacerlo en armonía con las personas que me rodean.

El psicólogo organizacional Adam Grant, que ha investigado sobre cómo las personas nos comportamos en los entornos profesionales, en su libro Give and Take, nos cuenta que hay dos tipos de personas. Las takers [oportunistas] que son habitualmente egocéntricas y piensan solo en lo que las demás pueden hacer por ellas. Y las personas givers [altruistas] están enfocadas en asegurar que las demás también ganen. Son las que más de una vez te pueden preguntar ¿En qué puedo ayudarte? Las givers habitualmente tienen claro su valor y cómo y cuándo lo pueden aportar a los demás.

Según Adam Grant, la mayoría somos matchers, es decir, damos a la otra persona en línea de lo que hemos recibido. Buscamos un equilibro entre el dar y el recibir. Adam Grant nos dice que esta es una manera “segura” de vivir la vida, pero ¿será la mejor?

¿Y yo qué me doy?

Siguiendo las ideas de Adam Grant, él sostiene que “La generosidad crea una cadena de dobles ganadores: ayuda a aquellos que reciben y también beneficia a aquellos que dan”. Personalmente, comparto plenamente esta perspectiva de que las personas que dan el máximo habitualmente se llevan carros llenos de valor de vuelta. Pero es curioso observar como a pesar de esto, a veces ponemos demasiado el foco en lo que nos demás nos dan, para mí, de forma equivocada. Pero ¿y yo? ¿Yo que me doy a mí misma?

La generosidad crea una cadena de dobles ganadores: ayuda a aquellos que reciben y también beneficia a aquellos que dan – Adam Grant.

No es sencillo aterrizar esto en situaciones concretas, porque cada persona tenemos nuestras realidades y circunstancias. Pero echa la vista atrás y recuerda aquel proyecto personal o profesional del que más satisfecho o satisfecha te sientes. ¿Quién fue clave allí? Posiblemente tú.

Claro que a veces hay decepciones donde nosotros damos el máximo y no conseguimos lo que esperábamos de vuelta. Pero desde mi perspectiva, dar el máximo es como cuando en una maratón puedes salir desde el primer cajón de la línea de salida, en disposición de aprovechar cualquier oportunidad que se presente. Luego, claro está, la carrera es larga y siempre existen circunstancias que se escapan de nuestro control. Aun así, nuestra preparación y esfuerzo, antes y durante, nos dan la mejor oportunidad posible para enfrentar cada desafío.

¿Se puede innovar sin dar el máximo?

Era inevitable, traerme el “dar el máximo” a los procesos de innovación, así que estos días también me hice esta pregunta: ¿Se puede innovar sin dar el máximo? Pensaba en los proyectos donde hemos tenido más impacto como Monday Happy Monday. La verdad es que es difícil imaginarse un proceso de innovación verdadero sin dar el máximo.

Todas y cada una de las personas que participan de un modo u otro deben tener la voluntad explícita de ir un poco más allá: investigadoras, facilitadoras, el equipo impulsor, el equipo de diseño, las personas testers, etc. Y es que un proceso de innovación no tira adelante con medias tintas.

La innovación, y sobre todo la humano centrista, requiere de una observación con mucha agudeza en la primera etapa de la investigación y de tener voluntad de cuestionarlo todo para poder profundizar en las necesidades y las realidades de las personas que están en el centro del proceso. Requiere de potenciar al máximo el pensamiento creativo en la etapa de divergencia y de abrirse al descubrimiento de las otras personas implicadas en el proceso.

Finalmente, exige esforzarse por alinearse para crear conjuntamente. Y cómo no, esforzarse por hacer una realidad todo lo nuevo que se ha ideado, siendo capaz de vencer las resistencias de las rutinas establecidas.

Volviendo al principio…

Creo firmemente que dar el máximo no es una opción. Es LA opción. Te invito a reflexionar: ¿Cómo aplicas este valor en tu vida diaria? Sería genial si compartes tus experiencias. Estoy convencida de que junt@s podemos crear un impacto positivo y duradero.

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