Te has preguntado alguna vez, ¿cuál es el valor ofreces a tu empresa? ¿Y a tus compañeros y compañeras? ¿Y a tus clientes? ¿Y a tus proveedores? ¿Y en conjunto, sabrías describir qué valor estáis ofreciendo como organización a todas estas personas?

Una de las tendencias en alza de las transformaciones organizacionales actuales es aquella que pone el foco en la creación y la entrega de valor a las personas clientes, a los empleados y empleadas, y, de hecho, a todos los stakeholders involucrados con la organización.

Las organizaciones que inician estos procesos de transformación acaban cambiando la cultura (la mentalidad), la estructura, el enfoque, e incluso, la forma de operar de sus procesos y sistemas. Antes de llegar aquí, primero deciden poner más énfasis en conocer las necesidades y motivaciones de los diferentes actores involucrados en su organización y analizan cómo les están estregando valor. Y es entonces, cuando analizan y deciden de qué modo podrían entregarles más valor forma sostenible, que se ponen en marcha.

Esto no es una tarea sencilla, más bien al contrario, ya que implicará seguro cambios significativos en la forma en que se toman decisiones, se asignan recursos y se establecen las metas comunes, entre otros. Además, este tipo de transformaciones requieren de un gran esfuerzo en comunicar intensamente el porqué del cambio de enfoque. Es necesario que todas y cada una de las personas de la organización conozcan, comprendan y hagan suyos tanto los principios como los valores que guiarán esta nueva organización orientada al valor. Cabe señalar, que en este tipo de organizaciones se cultiva una fuerte orientación hacia la innovación, la colaboración y la adaptabilidad a un entorno empresarial en constante cambio.

Más allá de la complejidad de la transformación, lo que está claro son los beneficios que acompañan este tipo de transformaciones:

  1. Una mayor satisfacción y fidelización de los clientes,
  2. Una mayor motivación y compromiso de las personas que allí trabajan,
  3. Una mejora significativa de la reputación tanto de la marca comercial como de la marca empleadora,

Y, en consecuencia, unos mejores resultados del negocio a medio y largo plazo.

Estamos en un momento en que los profesionales deberíamos trabajar más según el valor que ofrecemos, que, según nuestro rol, funciones o responsabilidades. Estas últimas deberían ser el marco que nos permite ponernos en acción, pero lo que debería realmente estar marcando la decisión de “a qué me dedico hoy” debería ser el valor que mis clientes “internos o externos” necesitas, esperan y aprecian de mi.

Cuando las personas y las organizaciones empiezan a actuar en términos del “valor que ofrecen” y no de “las funciones que realizan”, empiezan a cambiar la mirada. Empiezan a transformarse. De forma orgánica, dejan de poner el foco en el “yo ofrezco” para pasar a poner el foco en “lo que el otro recibe o necesita”.

Además, hay grandes ganancias de invertir tiempo en conocer las verdaderas necesidades de aquellas personas para las cuales trabajas:

  1. Te permitirá ser una organización, un departamento o un profesional mucho más lean y dejar de hacer muchas cosas que realmente no aportan a nadie.
  2. Podrás dejar tu perspectiva a un lado y orientarte mucho mejor los verdaderos intereses, contextos y realidades de los demás.
  3. Entrarás en modo de mejora continua.
  4. Y, sin casi quererlo, empezarán a surgir sobre tu mesa un sinfín de oportunidades para innovar.

Si tu organización, tu equipo o tu mism@, quieres ponerte ya en modo “el valor que ofreces” no hay más que empezar a explorar, analizar y tomar decisiones. Hay tres herramientas valiosas que me gustaría recomendarte ya que pueden ser tus grandes aliadas: el User Journey Map, la Value Proposition Canvas, y finalmente, el Value Stream Map.

Finalmente, no quiero terminar este post, sin decirte que este nuevo camino de centrarte verdaderamente en “el valor que ofreces” tiene algunos efectos secundarios para tu organización, como ya hemos visto. Pero sabes qué, para ti también tiene grandes y gratas sorpresas 🙂

  1. Empezarás a recibir cada vez más feedback positivo de tus clientes.
  2. Aumentará la percepción positiva de tu entorno sobre ti.
  3. Elevarás tu satisfacción intrínseca por hacer algo que sirve a alguien.
  4. Te divertirás y aprenderás mucho más.
  5. Tu empleabilidad será mayor.
  6. Tendrás un porqué más elevado, es decir, un propósito mayor.

¡Si me dejo alguno, avísame!

¡Adelante y feliz semana!

 

 

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