Me encantan los JJOO. Desde que era pequeña. Siempre hay historias que me emocionan. Y estos juegos de París no fueron una excepción. Todo empezó con una preciosa ceremonia de inauguración que vi enterita y que tuvo un broche de oro con la maravillosa Celine Dion. Pero de todas esas historias que allí sucedieron, hoy quería hablarte de otra mujer que me atrapó por completo. Ella es la atleta australiana Nicola Olyslagers. Sus saltos de altura, su sonrisa plena antes de saltar y su curioso journal me atraparon a mí y también a las cámaras de medio mundo.

Si no es la primera vez que pasas por uno de mis artículos, ya sabes que, como buena Pedagoga y amante de las estrategias novedosas y efectivas, he escrito anteriormente sobre la metacompetencia Learnability y sobre algunas estrategias para cultivarla. ¡No sabes lo contenta que me puse este verano cuando descubrí a Nicola y a su journal de learnings!

Su primer diario a los 8 años

Ella desde muy pequeña es saltadora de altura y a los ocho años ya escribía un pequeño diario. Fue entonces cuando, en modo de poesía, escribió uno de sus sueños más preciados. Deseaba ir algún día a los JJOO y saltar los 2,00 metros. En esa época, el récord en Australia, su país natal, estaba en 1,98 metros y a tan temprana edad ya sintió la ambición por superarlo algún día.

Desde entonces, Nicola ha trabajado duro y actualmente, tras su medalla de plata en Tokio y otra en París, es una de las saltadoras de altura más relevantes del panorama mundial. Yo, desde que la vi por la televisión, quise investigar un poco más sobre ella. En más de una de sus entrevistas, pone en valor su constancia como uno de los pilares de sus éxitos deportivos, aunque coincidirás conmigo que probablemente ese es un secreto a voces de los deportistas olímpicos de todos los tiempos.

El tarannà de Nicola

A Nicola la acompaña algo más que la constancia: su tarannà (palabra que engloba la manera de ser o hacer de una persona en la lengua catalana). Su tarannà ha hecho que su persona se haga viral y traspase el tartán del estadio para llenar todo tipo de medios de comunicación del mundo. Ella tiene la curiosa costumbre de, justo al acabar de saltar, dirigirse rápidamente donde tiene guardadas sus cosas, sentarse y escribir en su famoso cuaderno.

Cuenta que empezó a usar el journal en el 2019. Se percató que, durante las competiciones, vivía muy intensamente las emociones y todo lo que hacían el resto de las saltadoras. Así que lo empezó como una estrategia efectiva para centrarse en ella, en su propio proceso de aprendizaje, y en su evolución como atleta.

El journal de Nicola

En su journal tiene detallado todos los elementos de su práctica de salto. Y cada vez que ejecuta uno, ya sea en un entrenamiento o en una competición, justo después de saltar, pone una nota sobre 10 a cada uno de estos elementos. Esto le permite fijar con la vivencia muy fresca lo que más le ha gustado de su ejecución y, a su vez, tener claro en qué debe progresar la próxima vez. Incluso en el salto que le dio su primera medalla olímpica, en Tokio, entre lágrimas, se sentó a escribir. Nunca olvida las buenas costumbres.

A ella la mueve el convencimiento de que todavía puede ser mejor. Ella siempre quiere dar el máximo, pero a su vez también sabe que nada se acaba allí en ese salto o esa competición. Es consciente de que es un atleta en crecimiento constante y que debe, puede y quiere seguir mejorando.

Por cierto, Nicola siempre deja que las cámaras graben y fotografíen el contenido de su cuaderno, aun conteniendo todos los secretos para conseguir el éxito en su próximo salto.

El legado de Nicola

Así que, ya ves, me cautivó esa mujer. Su sonrisa y su carisma. Su constancia. Su pasión por ser mejor. Su “soñar en grande” y a la vez su sencillez. Sus pocos o ningunos complejos en hacer pública su fe en Dios. Y sus grandes frases como “tu performance no determina tu valor”.

Hay personas que hacen de su trabajo algo tan especial que llegan a traspasar disciplinas y fronteras. El legado de Nicola va más allá del tartán y del salto de altura. Ella representa toda una filosofía de vida que por el momento le está permitiendo disfrutar de la élite deportiva y que con el tiempo veremos qué le deparará el futuro. De momento, nosotras, podemos acercarnos a ella y dejarnos inspirar por su tarannà.

“A learning process is the most beautiful thing”. Nicola Olyslagers

Bonus track

No me gustaría dejarme en el tintero a otro personaje del salto de altura que seguro que ya conoces. El atleta Dick Fosbury, quien batió el récord olímpico y ganó la medalla de oro en los JJOO de México’68 con su «Fosbury Flop». Aunque no lo inventó él, sí se le atribuye su popularidad. En el ‘68 le llamaban loco y ahora todos usan su método.

Y es que cuando las metas son cada vez más altas, hay que usar nuevas maneras. ¿No es verdad? ¡Y qué tendrá este deporte!

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